lunes, 9 de diciembre de 2013

La Juventud Comunista, por el Poder Popular

Artículo publicado en el Agitación CyL 4

Cuando salimos a la calle y realizamos actividad contestataria contra el sistema, muchas veces exigimos que el Estado aborde una serie de problemáticas que, lamentablemente, nunca aborda. Exigimos al Estado que frene los desahucios, que deje de privatizar la sanidad y la educación, que haga de la democracia algo más que una palabra lamentablemente hueca..., y la respuesta que encontramos siempre es la misma: indiferencia hacia las reivindicaciones y represión contra quienes las hacen. No podemos, por otra parte, esperar otra cosa: el Estado está al servicio del capital, y éste no va a permitir que le toquen sus intereses.
La campaña que ha sacado para el presente curso político la Juventud Comunista deja muy claro contra quienes vamos, y también aquello por lo que luchamos. El lema de la campaña es “Derrotemos a la Troika y su deuda, construyendo República, Poder Popular y Socialismo”.
Pero, ¿qué es eso de “la Troika”? ¿Un trío de mafi osos rusos? ¡Ã“jala! ¡Sería mucho más fácil de combatir! Pero de lo que en realidad se trata es de las tres instituciones completamente antidemocráticas que deciden las políticas a aplicar, los rumbos a adoptar, los servicios públicos que privatizar... Hablamos, por supuesto, de la Comisión Europea, del Banco Central Europeo y del Fondo Monetario.
¿Quién ha elegido a estos organismos? Desde luego, no las clases trabajadoras. Pero resulta que lo que sí hacen las clases trabajadoras es pagar, por obligación de la Troika, la deuda privada del gran capital. La reforma de la Constitución pactada por el PP y el PSOE en los últimos días del Gobierno de Zapatero, lejos de limitarse a poner un tope al gasto como se dijo que era la fi nalidad, lo que hizo fue obligar al Estado a pagar la deuda privada. Todos los recortes posteriores -en los que la responsabilidad la comparten el PP y el PSOE por dicha reforma constitucional, que no se engañe nadie- se han producido no para pagar la deuda del Estado. No es que hayamos gastado más de lo que teníamos, como dicen para escurrir el bulto. Lo que se está pagando ahora es la deuda privada, los gastos de más de un gran capital que se ha negado a renunciar a un ápice de sus ganancias. El gran capital se endeuda, la Troika ordena a los gobiernos ocuparse de dicha deuda, los gobiernos obedecen, los/as trabajadores/as pagan y se quedan sin servicios públicos: este es el guión seguido de manera invariable.
En Castilla y León, además, las políticas de la Troika están ejerciendo efectos nefastos para los que no parece de ninguna manera haber solución en el marco del capitalismo. El desmantelamiento del tejido productivo castellano-leonés, el fracking, el desmontaje de la minería..., responden a las políticas que desde la Troika ordenan poner en marcha al Estado burgués que es España. El lema “Castilla y León: paro precariedad y despoblación”, lejos de ser un lema de “cenizos”, describe tristemente la realidad que vemos día a día en nuestra comunidad autónoma. Y la solución, por supuesto, no pasa por reformas dentro del capitalismo. Lejos está el gran capital de dejarse quitar su gran trozo del pastel, aunque ello suponga la ruina de amplios territorios.
Como hemos dicho, la Constitución ampara esto, y el poder está al servicio del gran capital, que tiene en la Troika su mayor representante. ¿Qué hacer? Desde la Juventud Comunista creemos que la única alternativa es el proceso constituyente hacia la Tercera República y la creación de poder popular como vía al socialismo. Un proceso constituyente tiene que acabar con el sometimiento en el que nos han sumido a los dictámenes de la Troika, y tiene que acabar con una monarquía que por basarse en la superioridad de unos españoles sobre otros convierte en papel mojado toda la Constitución. Y a dicho proceso constituyente no se puede llegar a través de las instituciones del capital: la única vía es el poder popular. Las clases trabajadoras deben organizarse desde la base para golpear al temblequeante régimen burgués, imponer un proceso constituyente y definir un nuevo modelo de relaciones políticas, económicas y sociales. Modelo, por supuesto, que no puede basarse en la explotación del hombre sobre el hombre, ni en la opresión del hombre sobre la mujer: modelo, en definitiva, que debe romper con el capitalismo y el patriarcado. Hablamos, por supuesto, de socialismo. “Socialismo” no es el PSOE. “Socialismo” no es gestionar el capitalismo con cara de progresista. “Socialismo” implica que las clases trabajadoras ejerzan el poder político, posean los medios de producción y planifi quen la economía de acuerdo con las necesidades colectivas, y no para benefi - ciar intereses individuales. Es a eso a lo que aspiramos, y es por eso por lo que luchamos. La campaña de este curso político es sólo una campaña, pero estos objetivos son los objetivos globales de la Juventud Comunista. Y en los tiempos en que nos hallamos, además de un objetivo político, la lucha contra el capitalismo es un deber moral. Desde la Unión de Juventudes Comunistas de España llamamos a toda la juventud trabajadora y estudiantil del Estado Español a luchar por sus derechos, a construir Poder Popular y, en defi nitiva, a pelear por el socialismo. ¡Organízate y lucha!

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